Entrevista con Jaap Blonk

3 Posted by - 14 septiembre, 2012 - Sin categoría

por Fernando Vigueras ///

Foto: Mónica García Rojas

Foto: Mónica García Rojas

Jaap Blonk es uno de los exponentes más sobresalientes de la poesía sonora y la experimentación vocal a nivel mundial.
Su trabajo involucra prácticas performáticas que exploran linderos recónditos del lenguaje, resonancias imbricadas que se extienden a través de la voz y el cuerpo.
Esta entrevista fue realizada al termino de una sesión de grabación en las instalaciones de Radio UNAM en Septiembre de 2012.

FV: Desde hace varios años he estado muy interesado en la voz y en la forma en la que mucha  gente  la  aborda,  no  solo  como  un  instrumento  sino  como  un objeto sonoro. Me gustaría conocer tu perspectiva sobre la voz.

JB:  Creo  que  ha  sido  muy  divertido  explorar  alrededor  de  esto  por  mucho  tiempo  y observar qué pasa.  Así es mas o menos como he desarrollado mi trabajo, algunas cosas han  sido  muy  lúdicas,  otras  son  más  sistemáticas.  Una  de  las  cosas  más  importantes para  mí  ha  sido  aprender  el  alfabeto  fonético  internacional  y  utilizar  sus  instrucciones para estudiar la mecánica de la boca, si mueves de tal forma la lengua, los labios, etc, de este modo es como voy experimentando,  aquí el sonido no es lo principal tanto como el movimiento  que  lo  articula,  el  sonido  es  un  elemento  secundario,  yo  voy  encontrando sonidos de diferentes maneras. Tu preguntabas también sobre la voz como objeto y cómo se utiliza en ciertas situaciones: una  vez  iba  caminando  por  el  campo  inglés  y  de  pronto  unos  toros  comenzaron  a acercarse, entonces hice una parte de la Ursonata de Kurt Schwitters para espantarlos (risas).

FV:  Tienes  alguna relación  con  el  trabajo  de  gente  como  Fátima  Miranda,  David  Moss, Koichi Makigami?

JB:  Si,  los  conozco  a  todos  ellos,  el  año  pasado  hice  un  taller  en  Madrid  y  Fátima Miranda  asistió.  He  trabajado  con  David  Moss,  Phil  Minton,  Paul  Dutton,  Koichi Makigami, Maja Ratjke.

Es  bueno  ver  que  el  trabajo  de  cada  uno  de  estos  improvisadores  vocales  es  muy individual, cada quien propone una aproximación distinta. Muchas formas del canto son muy  tradicionales,  más  estandarizadas.  Los  cantantes  de  música  tienden  a  ceñirse  a ciertos modelos, de forma que es muy raro escuchar a alguien que desarrolle un trabajo verdaderamente individual. En la improvisación  vocal es muy diferente lo que la gente hace, aunque  definitivamente puede resultar algo cercano al canto y al jazz, cosas que personalmente aprecio bastante.

FV: Esta puede ser una pregunta extensa, pero qué significa improvisación para ti?

JB:  Ha  sido  algo  muy  natural  desde  que  comencé  a  hacer  música.  Yo  crecí  en  una familia estrictamente religiosa  y  solamente escuchábamos música sacra, nada más. Yo tenía entonces catorce años y quería escuchar música pop en el radio pero no era posible, había muchas restricciones. Cuando dejé mi hogar y fui a la universidad y tuve mi  propio  cuarto  lo  primero  que  hice  fue  ir  a  la  escuela  local  de  música  y  tratar  de aprender  a  tocar  cualquier  instrumento,  en  este  caso  el  saxofón (con  el  cual  no  tenía nada  que  hacer).    Gradualmente  me  fui  envolviendo  más  en  el  free  jazz  y  la  libre improvisación y en algún punto esto se manifestó de una forma mucho más natural y fácil  con  la  voz. Al  principio  todo  fue  muy  intuitivo,  pero  a  veces,  especialmente  cuando hacía  un  solo improvisado,  buscaba  hacer  algo  muy  serial  y  muy matemático,  con  frases  de  un  cierto  número  de  sílabas  y  trataba  de  trabajar con eso, lo hice durante algún tiempo, buscaba algo muy preciso y matemático y luego intentaba ir hacia algo distinto.

FV:  ¿Esto  era  un  método  intuitivo  o  una  aproximación  intuitiva  con  respecto  a  la improvisación?

JB:  Pienso  que  tiene  que  ver  con  mi  formación  como  matemático,  algunas  veces  me gusta  utilizarlo,  no  me  gusta  que  todo  tenga  que  ver  con  la  intuición. Tengo  una  forma natural  de  introducir  elementos  sistemáticos   algunas  veces.  Varios  improvisadores, sobre todo algunos jazzistas suelen decir «éste es mi arte, sigo mi intuición» y cuando los escuchas, generalmente hacen algo muy aburrido. Pienso que la intuición está muy bien pero también puedes tratar de hacer otras cosas,  inventar algo por ejemplo o trabajar de otra forma.

Foto: Mónica García Rojas

Foto: Mónica García Rojas

FV: Podrías contarnos sobre tus referencias literarias, en específico sobre la influencia que ha tenido la literatura latinoamericana en tu trabajo?

JB: Si, he leído a Octavio Paz, Juan Rulfo. He leído un poco de poesía latinoamericana, me gusta mucho Cesar Vallejo, por supuesto Neruda, Huidobro, García Marquez. Hay un grupo interesante de poesía experimental en Argentina llamado Paralengua.

FV:  ¿Haz leído a Roberto Bolaño?

JB: Claro, aún no leo 2666, conozco «Los detectives salvajes», es un gran libro,  me  gustó  mucho.  Crees  que  realmente  captura  la  atmósfera  de  la  ciudad  de México?

FV: Seguro,  sobre  todo  la  atmósfera  de  una  época  específica  y  desde  una  perspectiva muy particular. Al respecto de tu versión de Altazor, nos podrías comentar algo?

JB: Claro,  hubo una observación generalizada sobre  el Canto VII, el último verso del poema.  A  mucha  gente  no  le  gustó  mi  interpretación,  querían  algo  más lírico. Algunas  veces  lo  hago. Con  la  poesía  sonora  tienes  libertad  para  interpretar  el mismo poema de distintas formas, algunas veces puede ser muy rápido y violento, otras más fantasioso y lírico. La grabación ya está fuera de circulación pero se puede escuchar desde ubuweb

FV: Cuales son tus impresiones sobre la ciudad?

JB:  Me  gusta  mucho,  es  la  segunda  vez  que  estoy  aquí  y  la  gente  me  parece  muy abierta. La experiencia ha sido muy positiva, aunque por otra parte está presente toda esta parte trágica de la violencia. Pero además hay un gran sentido de identidad, y esta característica  en  particular  se relaciona  con  lugares  como  Colombia,  donde  he  estado algunas veces, la gente es muy amable y muy cálida, pero al mismo tiempo la violencia coexiste dentro de ese mismo ámbito.

Foto: Mónica García Rojas

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