Katiuska Saavedra – El cuerpo como núcleo instrumental
Hace algunos meses, en el marco de la exposición ‘Modos de Oír’ (Laboratorio Arte Alameda / Ex Teresa Arte Actual), como parte de las actividades paralelas a la muestra, se realizó una activación performática titulada ‘La cuerda’, acción sonora de la artista Kastiuska Saavedra, ejecutada en colaboración con los músicos Fernanda Herreman y Fernando Vigueras.
La pieza emplea distintas herramientas simbólicas que ponen en juego las nociones de instrumento y cuerpo, a través de los distintos elementos que conforman la trama escénica: En la parte central del coro de la iglesia que forma parte del convento convertido en lo que ahora es el Laboratorio Arte Alameda, se extienden un par de instrumentos de cuerda y otros dos se encuentran suspendidos; al centro de ese otro espacio que configura la composición instrumental resalta la imagen de Katiuska Saavedra, con varios extremos de su cabellera tensados a distintos puntos de un muro, acción realizada previamente por los músicos que acompañarán el performance.
Compartimos el registro completo de esta intervención, junto con la entrevista que presentamos a continuación y una galería de fotos realizadas por Mónica García Rojas y José Miguel Silva.
Cómo entiendes la relación del cabello con el cuerpo?
El pelo es más que un adorno del cuerpo. Es un banco de información que perdemos al cortarlo. Es una parte importante del sistema límbico relacionado a la memoria, las emociones y los instintos. Emite una energía electromagnética y en cada persona es singular. Usualmente las personas no saben que sus gestos y acciones con el cabello están relacionados directamente con su momento de vida, el pelo habla sin palabras de la persona.
Podemos pensar el cuerpo como un espacio de resonancia?
Definitivamente el cuerpo es un espacio que resuena, resuella, responde.
Qué tipo de asociaciones o tensiones conceptuales se pueden atisbar desde una activación performática como La Cuerda?
La Cuerda es una pieza sonora sensorial que parte de un cuerpo humano como instrumento. Es ejecutado mediante la percusión de dedos, un arco para cuerdas y otros objetos cotidianos. En este caso, al convertir los cabellos de una mujer en cuerda, aborda la poética de extraer sonido al ser mismo, desde su silencio aparente. ¿Cada persona sonaría diferente según cierta memoria inscrita en su cuerpo? Me interesa explorar si las experiencias pueden convertirse en un signo, en este caso, un signo que podría revelarse en resonancia. El dolor no es ajeno. El cuerpo se pone en tensión para que pueda sonar y acaso podríamos escucharlo, lo que nos recuerda la tensión que se transmite y expresa en un contexto social. El dolor o la pérdida, o la euforia, se transmitirían capilarmente entre nosotros.
Qué implicaciones se asumen al trasladar o colocar al cuerpo como el núcleo instrumental de este performance?
El cuerpo como núcleo instrumental juega un papel fundamental porque al posicionarse y convivir con otros instrumentos musicales al mismo tiempo se objetualiza pero también se activa como centro vivo de resonancia. Una especie de híbrido que expresaría desde una posición pasiva que se activa mediante el perfomance (en este caso un performance musical, lo que llamamos la ‘interpretación’). Me interesa conceptualmente esta competencia entre lo humano y objetual.
Cómo entiendes esta noción de ‘instrumento’?
Ser un instrumento puede ser visto en ciertos contextos desde una perspectiva negativa, en la que el instrumento es ‘utilizado’, ‘usado’, se habla entonces de una lógica instrumental. En música sin embargo el instrumento es el medio para activar operaciones de resonancia. En esta pieza el cuerpo como instrumento se coloca entre estos dos polos. Es un cuerpo que es convertido en objeto que es transformado mediante la interpretación en un operador resonante. Me interesa también la tensión visual que puede ofrecer esta postura ambigua; el cuerpo parece ser utilizado, sobre todo si pensamos en el cuerpo de la mujer; pero el uso se pervierte hacia una expresión más amplia, que sería la de la vibración.
Cuál es tu idea sobre la relación del sonido que se produce ejecutando el cabello como medio de vibración y el propio cuerpo como una entidad vibratoria.
Las vibraciones recorren todo el cuerpo y se expresan de adentro hacia afuera y viceversa. Las vibraciones externas afectan nuestro cuerpo, nos atraviesan y se incrustan. ¿Podría el cabello ser un signo, una huella de esa historia de vibración? Al plantear el cabello como una cuerda resonante estaríamos poniendo a vibrar todo este intercambio. El pelo en tensión sería una metáfora del cuerpo vibrante que se tensa para afectar y afectarse en el mundo. El pelo se convierte en las cuerdas de un cuerpo que resuena y regresa esa vibración como respuesta.
Ambas vibraciones se encuentran y dialogan.